En el libro de Daniel, capítulo 5, se describe un evento bíblico conocido como «El festín de Belsasar», que tuvo lugar en la ciudad de Babilonia durante el reinado del rey Belsasar. Este acontecimiento es significativo no solo por la extravagancia y la idolatría que se exhibió en él, sino también por las severas consecuencias que siguieron. Belsasar, hijo del rey Nabonido, era el regente de Babilonia en ausencia de su padre, quien se encontraba en Tema, una ciudad en el noroeste de Arabia.
El Contexto Histórico
El imperio neobabilónico, bajo el mando de Nabucodonosor II, había conquistado Jerusalén y destruido el Templo de Salomón en el 586 a.C., llevándose a muchos judíos a Babilonia como exiliados. Entre estos exiliados se encontraba Daniel, un joven judío que había ascendido a una posición de influencia en la corte babilónica debido a su sabiduría y habilidades proféticas. A pesar de la opresión y el exilio, los judíos mantuvieron su fe en Yahvé, el Dios de Israel, y su esperanza en el cumplimiento de las promesas divinas.
El Festín de Belsasar
El rey Belsasar, orgulloso de su poder y riqueza, decidió ofrecer un gran banquete a sus nobles y cortesanos. Durante el festín, Belsasar ordenó que se sacaran los vasos y utensilios de oro y plata que habían sido saqueados del Templo de Jerusalén para beber vino en ellos, profanando así las vasijas sagradas. Mientras los invitados alababan a sus dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra, de repente apareció una mano misteriosa que escribía en la pared una inscripción en lenguaje arameo: «Mene, Mene, Tekel, Upharsin».
La Interpretación de la Inscripción
Ninguno de los sabios de Babilonia pudo interpretar el significado de la inscripción, lo que aumentó el miedo y la ansiedad entre los presentes. Fue entonces cuando la reina madre recordó a Daniel, quien había demostrado anteriormente su capacidad para interpretar sueños y signos. Daniel fue llamado y, después de escuchar la inscripción, la interpretó de la siguiente manera:
- Mene: Dios ha contado los días de tu reino y ha puesto fin a este.
- Mene (por segunda vez): Has sido pesado en la balanza y encontrado deficiente.
- Tekel: Has sido pesado en la balanza y encontrado deficiente.
- Upharsin (o Peres): Tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y persas.
Daniel explicó que la inscripción anunciaba el fin del imperio neobabilónico y su conquista por parte de los medos y persas, que ocurriría esa misma noche.
La Caída de Babilonia
La interpretación de Daniel se cumplió de manera dramática. Los medos y persas, liderados por Ciro el Grande, habían estado asediando Babilonia. La noche del festín, mientras Belsasar y sus invitados celebraban, los persas desviaron el curso del río Éufrates, que corría bajo las murallas de la ciudad, y entraron en Babilonia a través del lecho del río. El rey Belsasar fue asesinado, y el imperio neobabilónico llegó a su fin. La profecía de Daniel se había cumplido, y los judíos, que habían sido exiliados en Babilonia, comenzaron a ver la posibilidad de regresar a Jerusalén y reconstruir el Templo.
Conclusión
El festín de Belsasar sirve como un recordatorio poderoso de la soberanía de Dios sobre las naciones y los reinos humanos. La historia subraya la importancia de la humildad y el respeto hacia lo sagrado, así como las consecuencias del orgullo y la idolatría. A través de la figura de Daniel, vemos la fe y la confianza en una autoridad divina mayor que cualquier poder humano, lo que nos lleva a reflexionar sobre nuestros propios valores y prioridades en la vida.
