En el Evangelio, se pueden encontrar varias historias que reflejan la relación especial que Jesús tenía con los niños. Estas historias no solo nos muestran el amor y la compasión de Jesús hacia los más pequeños, sino que también nos enseñan valiosas lecciones sobre la fe, la humildad y la importancia de recibir el Reino de los Cielos con un corazón puro.
La bendición de los niños
Uno de los pasajes más conocidos sobre Jesús y los niños se encuentra en Mateo 19:13-15, Marcos 10:13-16 y Lucas 18:15-17. En este pasaje, se nos cuenta que los discípulos de Jesús trataron de alejar a los niños que se acercaban a él, pero Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los Cielos». Luego, Jesús tomó a los niños en sus brazos y los bendijo.
Lecciones para los adultos
La relación de Jesús con los niños nos enseña varias lecciones importantes. Algunas de estas lecciones son:
- La importancia de la humildad: Jesús enseñó que para entrar en el Reino de los Cielos, debemos ser como los niños, es decir, humildes y sin pretensiones.
- La fe como una cualidad infantil: Los niños tienen una fe natural y sin reservas, lo que nos recuerda que debemos acercarnos a Dios con una fe sencilla y sincera.
- La protección y el cuidado de los más vulnerables: Jesús se preocupó por los niños y los protegió de aquellos que trataban de alejarlos de él, lo que nos enseña a valorar y proteger a los más vulnerables en nuestra sociedad.
La parábola de los invitados a la fiesta
Otra parábola que se relaciona con la temática de los niños y el Reino de los Cielos es la parábola de los invitados a la fiesta, que se encuentra en Mateo 22:1-14 y Lucas 14:15-24. En esta parábola, Jesús cuenta la historia de un rey que invita a muchos a una fiesta, pero la mayoría de los invitados se niegan a asistir. El rey, en su lugar, invita a los pobres y a los marginados, incluyendo a los niños, a su fiesta.
La importancia de recibir el Reino de los Cielos como un niño
La relación de Jesús con los niños nos enseña que para recibir el Reino de los Cielos, debemos ser como ellos. Esto significa que debemos ser humildes, sencillos y sin pretensiones. También debemos ser receptivos y abiertos a la Palabra de Dios, como los niños que se acercan a Jesús con fe y curiosidad.
- Características de un corazón infantil:
- Fe sencilla y sin reservas
- Humildad y falta de pretensiones
- Receptividad y apertura a la Palabra de Dios
- Capacidad para asombrarse y maravillarse
Conclusión
La relación de Jesús con los niños es un tema rico y multifacético que nos enseña valiosas lecciones sobre la fe, la humildad y la importancia de recibir el Reino de los Cielos con un corazón puro. Al reflexionar sobre estas historias y parábolas, podemos aprender a ser más como los niños, es decir, más receptivos, más humildes y más abiertos a la Palabra de Dios.