La venida del Espíritu Santo es un evento fundamental en la historia de la iglesia primitiva, y se encuentra registrado en el segundo capítulo del libro de Hechos de los Apóstoles. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión en la vida de los discípulos y en la expansión del cristianismo. Después de la resurrección y ascensión de Jesucristo, los discípulos se encontraban reunidos en el aposento alto, esperando la promesa que Jesús les había hecho antes de ascender al cielo.
El contexto de la promesa
La promesa del Espíritu Santo se enmarca en el contexto de la última conversación que Jesús tuvo con sus discípulos antes de su ascensión. En Juan 16:7, Jesús les dice: «Pero yo os digo la verdad, os es mejor que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; pero si me fuere, os lo enviaré». Esta promesa fue reiterada en Hechos 1:4-5, donde se nos dice que Jesús ordenó a los apóstoles que no se alejaran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, «la cual», dijo, «habéis oído de mí».
El derramamiento del Espíritu Santo
El día de Pentecostés, que era una de las tres fiestas judías más importantes, los discípulos se encontraban reunidos en un solo lugar. De repente, vino un estruendo del cielo, como de un viento recio que sopla, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Entonces, se les aparecieron lenguas como de fuego que se distribuyeron y se posaron sobre cada uno de ellos. En ese momento, los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen.
Manifestaciones del Espíritu Santo
La experiencia de los discípulos en Pentecostés incluyó varias manifestaciones del Espíritu Santo, que pueden ser resumidas en los siguientes puntos:
- Hablar en lenguas desconocidas: Los discípulos comenzaron a hablar en lenguas que no conocían, lo que permitió que la gente de diferentes naciones y lenguas que se encontraba en Jerusalén escuchara el mensaje del evangelio en su propia lengua.
- Profecía y visión: La experiences de los discípulos incluía profecía y visión, lo que indica que el Espíritu Santo les dio una comprensión más profunda de la voluntad de Dios y les permitió ver el futuro.
- Osadía y valentía: Después de ser llenos del Espíritu Santo, los discípulos se convirtieron en testigos valientes y osados del mensaje de Jesucristo, predicando sin temor a la persecución o rechazo.
El impacto en la iglesia primitiva
La venida del Espíritu Santo en Pentecostés tuvo un impacto profundo en la iglesia primitiva. Algunos de los efectos incluyeron:
- Crecimiento y expansión: La iglesia creció rápidamente, ya que miles de personas se convirtieron al cristianismo después de escuchar el mensaje de los apóstoles.
- Unidad y armonía: A pesar de las diferencias culturales y linguísticas, la iglesia primitiva se caracterizó por su unidad y armonía, lo que fue posible gracias a la obra unificadora del Espíritu Santo.
- Empoderamiento para la misión: Los discípulos se convirtieron en misioneros efectivos, llevando el mensaje del evangelio a Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra, como Jesús había mandado.
Conclusión
La promesa del Espíritu Santo, cumplida en el día de Pentecostés, marcó el comienzo de una nueva era en la historia de la iglesia. La experiencia de los discípulos en aquel día tuvo un impacto duradero en la expansión del cristianismo y en la vida de los creyentes. Hoy en día, la iglesia sigue dependiendo del poder y la guía del Espíritu Santo para cumplir con la gran comisión de Jesucristo y expandir el Reino de Dios en toda la tierra.